Al participar en una constelación, podemos observar las consecuencias del pasado familiar en el presente, quizá un pasado desconocido e ignorado por nosotros. Sin embargo existe y es una realidad. Animarse a mirarlo tal cual fue puede ser el comienzo del transitar el camino de la sanación personal. Integrar en nosotros lo doloroso, abandonando la fantasía infantil.